jueves, 24 de junio de 2010

"EL HOMBRE LOBO" (2010)

Ahora que está a punto de editarse la versión en dvd de "El hombre Lobo", protagonizada por Benicio del Toro, y película que no ha contentado a todos (a mi sí), es buen momento de repescar mi crítica de dicha película que se publicó en la revista SCIFIWORLD MAGAZINE, en su nº 24 del mes de marzo de 2010. Aquí os la dejo.


“Incluso un hombre con el corazón puro y que reza cada noche puede convertirse en hombre lobo cuando florece el matalobos y brilla la luna de otoño”. Esta ya mítica frase con la que comienza esta “actualización” de uno de los personajes clásicos del cine de terror de la Universal –que alude directamente a la versión primigenia de igual título dirigida en 1941 por George Waggner y protagonizada por el melifluo Lon Chaney Jr.–, a la que sigue inmediatamente el primer destripamiento explícito, es toda una declaración de intenciones respecto a lo que a continuación nos espera en la pantalla. Nótense las comillas con las que he destacado la palabra actualización, pues estamos ante una versión que merece más que nunca ese calificativo. No estamos ante una revisitación, una reinterpretación o una despreciable destrucción de un clásico canónico, sino ante una genuina puesta al día, donde se respeta, se venera, se protege y se rinde homenaje tanto al argumento general como a los detalles de la obra original, aun adaptándose a unos nuevos tiempos que permiten decir y mostrar según qué cosas, ya sea por los avances de la técnica, por la relajación de los imperativos morales y sociales o por la desaparición de la censura impuesta a sí misma por la industria; en definitiva, estamos ante todo aquello que en el contexto del sistema de estudios de la década de los treinta y los cuarenta era impensable y que difícilmente podía imaginar ver el espectador de antaño en una sala de cine.

Tantas noticias sobre cambios de director, de guión, de montajes y remontajes, de rodajes de nuevos planos por la segunda unidad y de cambios en la fecha de estreno hacían esperar lo peor. Afortunadamente ha sido una falsa alarma. Las dificultades que hayan existido durante la producción no parecen haber hecho mella en un resultado que sólo podemos calificar de solvente, ilusionante y digno de elogio, y si en algo han influido esos cambios ha sido precisamente para solucionar los supuestos problemas, pues por ningún lado se percibe existencia alguna de ellos en el producto final. Aunque, siendo justos, quizá alguno de sus pocos errores proceda igualmente de esas “reparaciones” de última hora.

Lo más significativo de “El hombre lobo” es la creación de una constante atmósfera de melancolía, de decadencia (todo eso que hará que algunos la califiquen como gótica), que enlaza abiertamente con la interpretación de Benicio del Toro, de la que simula su expresionista reflejo. Se vuelve a ese hombre lobo antropomorfo que había quedado olvidado desde los tiempos de Waldemar Daninsky, absoluta inspiración para el diseño del maquillaje de Del Toro –diga lo que diga Rick Baker y con permiso del licántropo que interpretó Oliver Reed en “La maldición del hombre lobo” (The Curse of the Werewolf, 1960) de Terence Fisher–, así como para toda la conceptualización del personaje una vez transformado, tan salvaje e hiperactivo como el licántropo de “La marca del hombre lobo” (1968, Enrigue L. Eguiluz); así de concretamente, ya sabemos que Waldemar variaba su aspecto ligeramente en cada una de las entregas de su ciclo particular. El tono general elude los fuegos de artificio, manteniéndose austero en su pirotecnia salvo en un par de peligrosos acercamientos al otro extremo, como son los de la masacre en el campamento gitano y la persecución por las calles de Londres, que homenajea una escena similar de “Un hombre lobo americano en Londres” (An American Werewolf in London, 1981) de John Landis, para entrar directamente en el fango con la pelea entre los dos hombres lobo (según parece una de esas escenas rodadas a posteriori por la segunda unidad) que, en cambio, recuerda cualquier pelea de los “Power Rangers” (sí, ya sé que suena fuerte, pero eso es lo que hay y así de ridículo se presenta); único borrón en la propuesta si somos condescendientes con una partitura de Danny Elfman que recuerda demasiado, en algunos pasajes, a la de Wojciech Kilar para el “Drácula, de Bram Stoker” (Bram Stoker´s Dracula, 1992) de Coppola.

Dos elementos novedosos aportan nuevos matices al argumento. Por un lado tenemos el componente sádico que demuestran tanto el padre de Lawrence Talbot hacia su propio hijo –injustificado y que no ayuda nada a la hora de dar coherencia a la trama– como el psiquiatra y sus ayudantes, convencidos estos de estar tratando a un simple lunático y no a un verdadero licántropo, y cuyos brutales métodos clínicos terminarán por encontrar su bien merecida contraprestación. La otra novedad está en esa pulsión sexual tan bien representada en una determinada escena, donde Talbot comienza a notar como brotan los primeros síntomas de la presencia de la bestia salvaje que anida en su interior ante la visión cercana del cuello desnudo de su amada; y que, bien es cierto, consigue reflejar en nuestra mente un paralelismo, una alegoría, entre la maldición y el más puro instinto animal que la educación y la socialización del hombre tratan de camuflar. Como (más o menos) dice el inspector de policía que interpreta Hugo Weaving: “sin reglas, este mundo sería una jungla”. Un Hugo Weaving que en la escena final anuncia una más que probable y apetecible secuela.


Juan Andrés Pedrero Santos

lunes, 21 de junio de 2010

viernes, 11 de junio de 2010

CINE FANTÁSTICO Y DE TERROR ARGENTINO

Hace unos días la web "WE LOVE CINEMA", coordinada por Raúl Acín (crítico de "Dirigido por" entre otras cosas) ha publicado en dos partes un largo artículo que me pidieron que escribiera; cosa que hice gustoso. En él he intentado plasmar una visión de conjunto de lo que ha sido el cine fantástico (terror y ciencia-ficción) en Argentina a lo largo de la historia. Su intención no ha sido para nada la exhaustividad, pero creo haber conseguido aportar una panorámica general e introductoria sobre el asunto. No hay que olvidar que libros, revistas y textos en otros medios siempre nos bombardean con el cine de género de países como Italia, Reino Unido, Japón, Estados Unidos e incluso España, sin ir mucho más allá. Pero también hay cine de género en lugares más inesperados. Adjunto el link de las dos partes del artículo.

PRIMERA PARTE:Cine fantástico y de terror argentino.

SEGUNDA PARTE: Cine fantástico y de terror argentino.

martes, 8 de junio de 2010

"UP"

Ahora que tengo blog, aprovecho para publicar una crítica de "UP" que fue escrita originalmente para SCIFIWORLD MAGAZINE, pero que nunca se publicó en ese medio debido a que un compañero se me adelantó en la labor.

Aunque hoy por hoy los estudios de animación Pixar son propiedad de Disney, la compañía mantiene viva su propia idiosincrasia sin verse demasiado (prácticamente nada) contaminada por el repelente tufo que siempre ha emanado de los productos facturados por su propietaria. “Up” es toda una apología de la ilusión, de la necesidad de no abandonar nunca los sueños, de la obligación moral que tenemos de perseguirlos hasta el último aliento. Algo que un niño aun no sabe valorar; ya tendrá tiempo, su vida es (o debería ser) un sueño. Los adultos, por desgracia, sabemos que los sueños –en el mejor y más improbable de los casos– pueden convertirse en realidad, pero nunca dejarán de ser eso, sueños; y es su propia esencia como tales lo que les convierte en objetos a perseguir hasta que nos falte el resuello.

Los primeros minutos de “Up”, todo el prólogo –por llamarlo de alguna manera– en el que se nos cuenta de forma sintética, precisa y emotiva lo que fue toda una vida juntos para la pareja formada por Carl y Ellie, hasta la muerte de ésta, son, por sí solos, una obra maestra de concisión narrativa y de emoción contenida; tan diferente de los interminables minutos típicos de las películas “de Disney”, en los que no pasa nada ni se cuenta nada, donde no se hace avanzar la historia, convirtiéndose en melosos y vacíos minutos musicales que alejan tanto los argumentos de los temas más universales. ¿Que esta reseña parece un ataque frontal a Disney?, sí, lo es. Sé que en este punto nado a contracorriente; ni en mi menos tierna infancia lograron seducirme los aluviones de babas y sensiblería de tres al cuarto que tanto siempre caracterizaron a sus películas de animación, algo menos a las de imagen real. En cambio, “Up” (Pixar en general y sobre todo en los últimos tiempos) no cae en esa trampa; innova desde el momento en que asume que la animación puede plasmar el mundo como es, tanto con su implacable dureza como con su maravillosa razón de ser.

Es esa honestidad tan alejada de Disney lo que merece la pena ser contado sobre esta historia de Pixar, más adulta de lo que parece. Una historia que puede ayudar a educar a las nuevas generaciones de niños, haciéndoles ver el mundo desde una perspectiva crítica, emotiva y realista; sin que por ello se olvide la esencia que debe dirigir sus vidas, la del proyecto vital (cualquiera que sea), asumiendo los golpes que recibirán por el camino, aprendiendo a aceptar las renuncias, a caer y a volverse a levantar, a renovar las ilusiones, a seguir adelante aun sin olvidar el pasado; en definitiva, a experimentar todo aquello que les hará sentirse más vivos, más humanos, poseedores de unas emociones más profundas y reales, y no monigotes parlantes (humanos o antropomorfos) de cartón piedra. Quizás los hoy niños no se den cuenta de todo esto. Los adultos sí, por eso disfrutamos tanto con esta historia, porque vemos en ella todo aquello que quisimos ser y que, tal vez, aun no hemos renunciado a conseguir. Dejemos que ellos también la vivan a su manera, que les sirva como un poso desde donde crecer.

Medio punto he escatimado (ver nota) para no hacer llegar a “Up” a los altares de las obras maestras. No es más que un castigo (desde el cariño) a la liviana influencia disneyana que aun se deja notar; esperemos que un día desaparezca por completo. Por fortuna, los únicos animales que aquí hablan lo hacen gracias a un artilugio inventado por el hombre; todo un tiro en la nuca a la tradición.
Juan Andrés Pedrero Santos
Nota: con esto me refiero a las habituales "estrellitas" con que se suele puntuar a las películas de 0 a 5. Alusión que no he querido rectificar...porque no me apetece.

martes, 1 de junio de 2010

"SCIFIWORLD MAGAZINE", Nº 27 (JUNIO 2010)

Ya mismito estará a la venta el número 27 de la revista SCIFIWORLD MAGAZINE, como siempre con jugosos contenidos. Mi aportación de este mes es la sección "La máquina del tiempo", que he dedicado a "LA GUERRA DE LOS MUNDOS", para mi gusto una de las mejores películas de Steven Spielberg y justo homenaje a la película de Byron Haskin, a la que supera. En la sección de críticas de estrenos se publica mi crítica de "IRON MAN 2".