La extinta web "PASIONPORELCINE.ES" publicó en su día una entrevista que me hizo el bueno de JOSÉ MANUEL SERRANO CUETO con motivo de la publicación de mi libro sobre Johnny Weissmuller. Aquí la teneis reflotada...
-Tú te has caracterizado por escribir sobre cine fantástico. ¿Por qué dedicas un libro a Johnny Weissmuller?
Bueno, existe un factor fundamental cuando uno se plantea el proyecto de un nuevo libro (tú lo sabes bien). Por un lado se intenta que trate sobre algo que pueda cubrir algún hueco, que pueda interesar a un editor y a los posibles lectores. Escribir una biografía sobre Johnny Weissmuller cumplía este requisito dado que no existe nada en castellano. Con ello se cubría una laguna bibliográfica, lo que ya de entrada daba un sentido muy importante al proyecto. Por otro lado, me dices que suelo escribir sobre cine fantástico. Es verdad, dado que es el género que más me interesa, aunque me gusta el cine en general, tanto el malo como el bueno. Cualquier película tiene algo interesante. No obstante, el escribir tanto sobre un género obliga a oxigenarse de vez en cuando, de ahí que quisiera cambiar un poco de tercio. Se me ocurrió lo de Weissmuller, investigué si había algún precedente en nuestro idioma, y como vi el hueco tiré para adelante.
-Dices que Weissmuller no era un buen actor. ¿Podrías concretar por qué no te lo parece?
Creo que en el caso de Weissmuller existe poco margen para la discusión. El público español conoce a Johnny exclusivamente en su papel como Tarzán; de ahí la gran correspondencia que en España tiene el actor con el personaje. Tarzán es un personaje donde Weissmuller encajó muy bien por su carácter personal y por el escaso diálogo que tenía el rol. En cambio, cuando Johnny interpreta a Jungle Jim –personaje desconocido en España pero al que dedicó muchas más películas que al “hombre mono”–, un personaje que ya habla “como una persona normal”, las carencias son escandalosas y evidentes. La dicción de Weissmuller y su capacidad expresiva e interpretativa es peor que nula. Lo mismo sucedía en otra película que intentó ser la primera en la que probó a abandonar el personaje de Tarzán. Te hablo de “Swamp Fire”, donde interpreta a otro tipo de aventurero, rayando casi el ridículo. Verla da la explicación obvia de la causa por la que su carrera no continuó en papeles más dramáticos y quedara estancada en personajes como el de Tarzán o Jungle Jim.
-¿Es uno de esos casos en los que el personaje supera al actor?
No es que le supere, es que se dio una conjunción excepcional entre una personalidad concreta (la de Weissmuller) y un personaje de ficción, casando ambos a la perfección. La sencillez y el atractivo físico de Johnny, junto con la simpatía que despertaba su evidente sinceridad, eran sus mayores bazas.
-¿Hasta qué punto juega un papel importante el erotismo en las películas de Tarzán?
En las dos primeras películas del ciclo es fundamental (“Tarzán de los monos” y “Tarzán y su compañera”), especialmente en “Tarzán y su compañera”, donde incluso hay escenas de desnudos, donde una doble de Maureen O´Sullivan bucea como Dios la trajo al mundo en una escena que en su día fue censurada, aunque hoy la podemos ver en su edición en dvd. Es también muy destacable el atuendo tan sexy que Maureen exhibía en esa película, para, en la siguiente del ciclo, ya con la entrada en vigor del Código Hays de censura, ver como desaparecen los escotes y las minifaldas casi por decreto. Ese erotismo, a partir de ahí se dulcificó, para volver, de alguna manera, pero de una forma mucho más liviana, en la parte del ciclo que produjo la RKO.
- Hablas todo el rato de las compañeras de Tarzán. Pero, ¿y Weissmuller? ¿Llegó en algún momento a encender las faldas de las espectadoras?
Sí, parece que era todo un icono sexual en su mejor momento, y no le faltaban motivos. En la década de los treinta no creo que hubiera muchas películas que exhibieran de esa manera el cuerpo masculino, cuyo atractivo (ya digo, sobre todo en las primeras películas del ciclo) nadie puede poner en duda. Uno de sus primeros trabajos remunerados, después de dar por finalizada su carrera deportiva, fue ser modelo de bañadores. Y ya sabemos como va el tema del modelaje..., se mira más al (o a la) modelo que a la prenda. Para que te hagas una idea, aunque más que nada puede considerarse una anécdota, una de las películas que peores resultados tuvo en taquilla fue “Tarzán en Nueva York”, justamente donde aparece vestido con traje de chaqueta casi todo el metraje.
-¿Qué hay de verdad en eso de que Weissmuller enloqueció creyendo ser su propio personaje?
Según los testimonios de sus familiares no fue en realidad así. Sí es verdad que los continuos problemas de salud que tuvo desde el primer derrame cerebral que sufrió parece que le afectaban a su salud mental, pero de ahí a la locura existe un mundo. No obstante, en torno a Weissmuller existe mucha leyenda, historias que ni siquiera su hijo (John Scott) es capaz de certificar con seguridad.
- ¿Cuéntanos una de esas leyendas…?
Pues sin duda la más estrambótica, cuyos detalles están en uno de los capítulos del libro, es cuando Johnny cuenta su encuentro con un tiburón mientras se encontraba nadando en el mar. Según él, con toda seguridad ese día batió todos los records habidos y por haber en los 100 metros estilo libre (cosa más que entendible). El problema es que en kilómetros a la redonda no había ni un solo cronometro que lo pudiera certificar. Sólo el tiburón, si pudiera hablar, sería capaz de dar fe de la hazaña. Weissmuller cuenta la anécdota con tal cantidad de detalles que cuesta imaginar su veracidad. Verdadera o falsa, sólo él la sabía, y la respuesta se la llevó a la tumba. Pero hay alguna más, de todas ellas doy buena cuenta en el libro.
- ¿Has tenido contacto con su hijo en algún momento?
Pues aunque hubiera querido no hubiera podido ser, ya que John Scott Weissmuller (también conocido como Johnny Weissmuller, Jr.) falleció en el 2006. No obstante, dejó un buen legado en cuanto a la propia opinión sobre su padre en su libro, publicado en lengua inglesa en el año 2002, “Tarzan. My Father”, donde da detalles de su vida en cuanto a hijo de su padre, habla sobre la relación entre sus progenitores y, lo más interesante, deja muy clara la mala opinión (parece que justificada) que tenía sobre la última esposa del actor, María Bauman.
-Después de Weissmuller, ¿cuál sería para ti el mejor Tarzán?
Bueno, yo puedo presumir (si es que puedo hacerlo de algo) de ser un especialista en Johnny Weissmuller, no tanto en el personaje de Tarzán en sí mismo. Pero sí creo que tras Johnny el personaje se convirtió más en lo que hoy por hoy entendemos como algo cercano a un superhéroe (aunque sin poderes sobrenaturales), y siempre interpretado por actores (salvo Chistopher Lambert o Brendan Fraser) que parecían ejecutivos por la inteligencia y el mundo que demostraban, más que auténticos hombres de la selva asilvestrados.
-Confiésate: ¿cuántas veces has intentado gritar como lo hacía el Tarzán de Weissmuller?
Algunas. Mi hijo de tres años ya sabe perfectamente cuál es el grito de Tarzán sin haber visto ninguna película, je je.
-Y sigue confesando... ¿cuál será tu próximo proyecto? (jeje...)
Je, je. Eso todavía es inconfesable. ¿Y el tuyo? ja, ja.
el grito tan caracteristico de tarzan lo hacia el o era alguien que lo hacia
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