miércoles, 6 de enero de 2010

ADIOS PAUL, ADIOS


Acabo de terminar de leer el sincero y sentido homenaje que la revista SCIFIWORLD de este primer mes del año le rinde a Paul Naschy. Unas cuantas palabras mías han podido sumarse al mismo. Conocí a Paul en persona ya hace más de un año, en el Festival de Sitges de octubre del 2008. Allí le presenté mis respetos y luego, en días posteriores, pude cruzar alguna palabra más con él. En el año 2009 tuve la oportunidad de hablar de forma más pausada con él en varias ocasiones, todo lo pausada que mi escaso don de la palabra me permitía. La emoción y el honor me desbordaron en cada una de esas oportunidades. En su mirada conocí a un hombre honorable, generoso y siempre dispuesto, como un niño grande que siempre está haciendo aquello que tanto le gusta, aquello que es su vida. En la mía, como amante del cine, siendo esa afición la pasión más autentica de mi existencia (obviando los cariños familiares), no he sentido más emoción que en cada uno de esos encuentros. Luego conocí a su mujer, a sus hijos, y todos reflejaron lo que yo había interpretado que en realidad era él. Todo era coherente. Siendo una persona tan asediada (cariñosamente) por sus fans y por sus amigos como él era, nunca esperé siquiera que se acordase de mi nombre. Luego, ya cuando todo había terminado, su hijo Sergio me contó que Paul sabía perfectamente quien era yo. Tendré que creerle, eso me halaga. Ya hace algo más de un mes que Paul nos dejó, y todavía no se borra ese sabor amargo de no haber podido disfrutar más de su compañía. Quizás estas lineas me estén sirviendo precisamente para eso, para emular lo no vivido. Gracias Paul. Un abrazo.

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